miércoles, 14 de abril de 2021

RESPONSABILIZARSE

 

                                                RESPONSABILIZARSE


Relata un cuento zen que en un monasterio había un discípulo que desafiaba siempre a su maestro. Cierta vez, ocultando a sus espaldas a un pájaro que sostenía en las manos, el discípulo se paró desafiante ante el maestro y le preguntó:

-        Maestro, aquí detrás de mí tengo un pájaro. Dígame usted que lo sabe todo: ¿está vivo o está muerto?

(De tal modo, si decía que estaba vivo, lo ahorcaba y si decía que estaba muerto, abriría sus manos y lo dejaría volar).

El maestro lo miró a los ojos con respeto y compasión, respiró profundamente y con mucho amor le respondió:

”Eso depende de ti. ¡La solución…… está en tus manos!”.

Intentamos descargar nuestra responsabilidad sobre los hombros de alguien, pero las consecuencias de nuestras acciones y de nuestra actitud nos esperan, nos alcanzarán tarde o temprano.

No es lo mismo “aparcar”, temporalmente, una decisión porque no disponemos de la información o de la energía necesaria, que esconderla, disfrazarla, adjudicársela a alguien para que asuma lo que nos corresponde.

Las tomas de consciencia de lo que somos y de lo que hacemos, en todos los ámbitos de nuestra vida, solo aparecen cuando estamos preparadas/os para reconocer lo que hay y hacernos cargo de ello.

En todas nuestras acciones hay una parte importante de nosotras/os de la que no somos conscientes y que los demás ven.

Abrirse a vernos, a observarnos es un ejercicio de responsabilidad y humildad que nos encamina hacia la paz y la tranquilidad con nosotras/os  mismas/os.  

Detrás de cada “metedura de pata”, consciente o inconsciente, está nuestra responsabilidad, lo que hemos puesto para que suceda.

Jugar como niños/as a “tener razón”, como el monje del cuento, nos empequeñece y nos hace perder luz interior.

 

                                                                      Rosainés Morales

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario